La ansiedad, la tristeza, egoísmo, baja autoestima, celos, envidia y demás sensaciones humanas que nos incomodan y no sabemos como enfrentarlas, nos terminan paralizando, poniendo a la defensiva o victimizando.
Ahora que viene mi cumpleaños, he estado reflexionando aún más sobre esto. He pasado por diferentes experiencias y he sido lo que no quiero y no volveré a hacer. He cometido errores que podría engañarme diciendo que fueron experiencias que tenía que vivir para llegar a donde estoy; pero la verdad es que no es así. Hace 10 años (cuando me empecé a independizar) elegí un camino que me llevó a distintos tipos de caminos, que eran solo alternativas. No tomé el atajo, ahora me doy cuenta de eso. Si hubiese tomado el atajo, hubiese saltado errores que ahora quedan en mi lista de experiencias pero que realmente han quedado grabadas en el ether y que solo yo puedo decidir dejar atrás (lo cual es más dificil pero en definitiva necesario).
Ya no soy la misma de hace 10 años, ni de 5, ni de 2, ni 1, ni tan siquiera de hace 1 mes. Cada día me transformo, pero ahora elegí el camino de la transformación personal y espiritual consciente. Hace poco elegí comenzar a ser la mejor versión de mi misma pero de manera contundente y definitiva. Me propuse a estar alerta mientras vivo mi presente, a darme cuenta que lo quiere mi mente-inferior/cuerpo no es necesariamente lo que quiero YO. Se ha descubierto que la mente es solo un programa que usamos para llevar a cabo tareas repetitivas y automáticas. Y también se ha comprobado que la programación del subconciente es vital para la eliminación de traumas pasados o presentes; pues el subconciente no conoce la diferencia entre lo positivo o negativo, es solo un programa. Si es solo un programa ¿entonces quién lo dirije? ¿la misma mente? ¿y quién dirige la mente? La pregunta del millón como dirían por ahí. A través de la meditación me he dado cuenta que detrás de la mente hay una fuerza energética con el poder de saber lo más conveniente para cada ser humano, que en este caso soy yo. Me he dado cuenta que soy un canal de expresión superior, así como lo es cada uno de los seres humanos en este planeta, buscando salir del ciclo de vidas humana para alcanzar el nivel de una vida superior. De esta manera, nada de lo que mi mente-inferior/cuerpo me pide, puede ser más importante que lo que mi verdadero YO tiene destinado para mi.
La compresión de esto implica un proceso de reflexión importante. Pero cuando le hallas la lógica preguntándote: ¿Cuantos de mis pensamientos los está pensando otra persona en este momento? Expresiones mentales como: Tengo miedo, no soy capaz, no podré, no soy suficiente, me engaña, no soy buen@ etc etc son repeticiones que muchos hemos tenido alguna vez en la vida. Estos pensamientos nos conectan como humanos. Somos una mente colectiva, rumeando los mismos pensamientos una y otra vez. El miedo dirige nuestras vidas hasta que le damos un parado. Cuando nos enfrentamos al miedo, el miedo desaparece... otra de las frases promovidas por la mente colectiva de sabiduría.
Cuando empiezas a vivir episodios de conciencia pura, dejando a un lado tu mente inferior humana (que está basada en emociones y pensamientos de bajo calibre), aunque sea por unos minutos... te das cuenta de la paz que eso trae a tu vida. Cuando ves que es posible ser feliz cubriendo más allá de tus instintos humanos, que no llegan a la altura de los alimentos cósmicos superiores a los que solo accedes desde tu interior y no son materiales, entonces comienza la sed por salir de este circulo vicioso humano que busca cubrir tan solo las necesidades del ego. Lamentablemente el ego no se llena con nada, nada le es suficiente porque es ilusorio. De ahí proviene el hecho de que muchos artistas, teniendolo "todo" terminan suicidándose. Es irónico... pero lo cierto es que una vez descubres ese rincón cósmico en tu interior, solo dependes de tu voluntad para llenarlo con cosas realmente valiosas, cosas que probablemente son intangibles, pero tan reales como tu y como yo en este planeta, buscando una salida o dormidos en el ocaso de nuestros instintos.
Yo decidí despertar de ese ocaso y empezar día a día con el lema Solo Por Hoy Seré La Mejor Versión De Mi Misma. Ya mañana será otro día. Solo por hoy cada día, hasta la eternidad y hasta encontrar la paz eterna que me llevará al servicio cósmico junto contigo si te animas.
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