sábado, 8 de abril de 2023

El sentido de la vida


En un mundo donde todos intentamos encontrarle sentido a la vida, muchas veces nos ahogamos ante las expectativas y deseos no cumplidos. Otras tantas nos convencemos que todo marcha bien y nos planteamos nuevos objetivos. Usamos el humor y otras distracciones para pasarla mejor en esta experiencia humana que francamente es inexplicable. 

Para algunos Dios habita en las alturas, todo lo ve y castiga. Para otros Dios habita afuera pero también en nuestro interior, ya que somos como semillas estelares de un árbol cósmico. Es un Dios que emana amor y es inconmesurable. Le pueden llamar de muchas maneras pero su energía es única. Es así que surgen distintos tipos de fé, mecanismos de devoción que de alguna manera u otra nos mantienen en pie, a pesar de los obstáculos y programaciones mentales que se pasan de generación en generación sin siquiera cuestionarse. Y si somos padres, contamos con la responsabilidad de programar a nuestros hijos, contribuir al mundo enseñándoles lo "correcto" (como si tuviéramos todas las respuestas necesarias, nada más alejado de la realidad). La verdad es que hacemos lo que podemos con las herramientas que tenemos, aunque probablemente no sean suficientes. 

Somos seres vulnerables usando máscaras sociales, disimulando temores, intentando vivir una vida digna y estar más presentes. Tal vez simplemente necesitamos enfocarnos en admirar más atardeceres, más flores y animales silvestres, bajar el ritmo, el juicio, la comparación... Encontrar la belleza de lo simple, saborear con agradecimiento profundo cada segundo, soltando de una vez por todas tanta prisa, apariencia, ansiedad, y expectativa. Las tristezas y alegrías seguirán siendo parte del camino, queramos o no... Solo queda de nuestra parte buscarle el sentido y hacer las paces con el mismo.