lunes, 7 de diciembre de 2009

Quiero todo y no Quiero nada

Quiero que dejen de observarme, quiero que dejen de acecharme, quiero cerrar los ojos y estar sola con mi espíritu, reír y besar la planta de mis deseos. Seguir surfeando en el pico de la ola mas alta a la media noche, surfear descalza, surfear feliz. Ser la mujer mas fea del mundo y ser libre de las miradas interesadas y superficiales del camino. Solo quiero hablar con las miradas, quiero callar, quiero rezar, quiero orar, quiero dormir en el mismo sueño en el que me acosté cuando era a penas una niña. Quiero retroceder el tiempo y llorar la época de la pubertad tardía, quiero silencio, quiero energía callada, quiero nostalgia, quiero lágrimas, quiero risas discretas, quiero explosión continua y oculta, quiero gritos y rasguños, quiero besos y estrellas, quiero todo y no quiero nada, quiero tempestad y ternura, quiero cada paso, quiero aquello que sopla sobre la montaña, quiero vivir en la copa de una árbol y no bajarme de allí nunca, quiero descubrir a las aves que se aman escondidas, quiero todo y no quiero nada. Quiero que lean esto y lo olviden, quiero hospedarme en el subconsciente, quiero ser yo misma y olvidarme de mi propio yo. Quiero sensaciones insospechables que no tengan nada que ver con sexo, quiero navidades con nieve, playas en verano, flores en primavera, ojos en septiembre. Quiero perfume natural, quiero amigos de otro mundo, quiero prisa, quiero calma, quiero sol, quiero lluvia, quiero alma, quiero cuerpo. Quiero blanco, quiero negro, quiero cenizas, quiero fuego, quiero alto, quiero bajo. Quiero todo y no quiero nada. Quiero desnudez, quiero ropa, quiero deseo, quiero abstinencia, quiero burlas, quiero lamentos, quiero correr para luego caminar lento, quiero sudar y luego erizarme, quiero poesía, quiero cuentos, quiero magia, quiero materia, quiero morir, quiero renacer. Quiero todo y no quiero nada.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Tonta...

Tonta, tonta al creer que el aire era solo para respirar, tonta al respirar el alma de mis propias lágrimas.
Tonta al creer que que todo lo que decía era verdad, tonta al borrar la verdad de mis propias sonrisas.
Tonta y mil veces tonta al protestar, al llorar, al reír... al cantar en silencio mi pasado, presente y futuro.
Tonta al correr desnuda entre los pliegues de mi propia piel, tonta al despertar con un sueño entre las pupilas.
Tonta al ser esclava de ésta realidad que respiro, a estas risas que lloro, a esta vida que canto, a este mundo que escucho.
Tonta y mil veces tonta en este planeta que no reconoce la lucidez de la locura y excluye al grupo de los empedernidos e intensamente vivos como nosotros!

lunes, 9 de noviembre de 2009

Entre aromas, sabores y recuerdos

El aroma de una rosa es como el de la piel que pretende esconderle entre su ropa, pero los sentidos no pasan por alto los recuerdos de éste; como si el jazmín olvidara los labios de quien le besa con el olfato, como si la lluvia disimulara el perfume de la tierra mojada.

Los cuerpos del cielo se funden en agua e intercambian sabores para volver a su estado solido y aroma viviente del bosque, como el amor mismo renace de los lagos con la sutileza y gracia del águila real que hay dentro de mí.

Estoy aquí y ahora, bañada en el sudor que perdí alguna vez entre los dedos del mar, con cada segundo en mi conciencia, tal como cantaba el ruiseñor del ocaso sin que yo me percatara mientras estaba aprendiendo en sus oídos.

Olvidé guardar los besos de ese dulce, el sabor de la inocencia, el placer de la experiencia, me deshice en el olvido y me reconstruí de aromas, asumí lo que soy y por poco me ahogo en la gota de un pétalo, afortunadamente me resbalé en el tiempo y caí justo en una peca olvidada, bordeando esa piel canela que no era la mía ni la de nadie.

El aroma de una rosa es como el de la piel que pretende esconderle entre su ropa...

domingo, 8 de noviembre de 2009

Nací desnuda

Desnuda

Nací desnuda sin pena alguna,todos me cargaban y sonreían.
Nací desnuda y no importaba,
mi cuerpo desnudo era mi propio templo.
Nací desnuda y no hubo morbosidades,
nada de juicios ni temores.
Nací desnuda y nadie se burló,
porque la inocencia se viste desnuda.

Nací desnuda... pero me vistieron,
y desde entonces soy presa de mi propia ropa.
Era libre y no lo sabía... Nací desnuda.

Una rosa es hermosa desnuda,
sin morbosidad alguna,
solo con la sutileza de ser pura,
pero la sociedad lo corrompió,
ahora la desnudez implica sexo,
físico, sadismo...

Nací desnuda y amo seguir desnuda
aunque me vista.

Nací desnuda y seguiré estándo así
aunque no lo vean.

viernes, 31 de julio de 2009

Tristes pensamientos

Lágrimas queman mi piel al reconocer que la vida se me hace añicos ante un sentimiento desconocido, no me queda más que coser los sueños rotos y usar el nudo de mi garganta como nido de dolor.

El silencio me entristece, ser ignorada me destroza, soy la luz que se apaga con el soplido del resentimiento, sabiendo que no soy perfecta y que mis labios solo son mi mejor presentación.

Duele el dolor, sufre el sufrimiento, odia el odio, desconsuela el desconsuelo y yo con mis pies descalzos llena de defectos y de males que ni yo misma entiendo, continúo por el camino.

Me tiendo en el horizonte de mis anhelos, le grito al viento que me lleve consigo, pero no me hace caso, mi mirada se pierde en lo incierto, las rosas de mi alma se marchitan ante lo inmanejable.

Se despelleja mi corazón al chocarme con mis propios impulsos, sin poder deterner la mente ni pensar en frío, pecando como siempre, tan débil como un águila enjaulada en el desierto.

Todos creen lo que aparento, nadie sabe lo que siento... Sigo caminando en la cuerda floja y todos creen que camino por un verde prado en el paraíso.

No saben cuanto se equivocan, no saben lo que vivo, no saben lo que sueño.


miércoles, 1 de abril de 2009

Confesiones de Afrodita "la víctima"


Allí estaba él; solo dormía, esta vez su sueño no le complacía, esta vez necesitaba su cuerpo, esta vez lloraba de nuevo. Solo quería besarlo, ser besada, ser amada, y él; solo dormía. Comenzaba a darle excusas para no acercarse más de lo necesario, excusas que Afrodita no entendía y que le dolían en el fondo de su corazón.

No sabía si algo andaba mal consigo misma, comenzó a sentirse poco deseada, poco sensual, poca mujer. La Afrodita vibrante apagaba su luz poco a poco, nisiquiera había cabida para "Ella" que ahora parecía ser solo un reflejo de otro "Yo" un reflejo desgastado de Afrodita "la víctima"

Su ego fue convirtiendose en desconfianza, inseguridad, temor... Y "Ella" solo continuaba observando, como solo la conciencia misma lo puede hacer, como una mente dividida en dos personalidades distintas. Lágrimas caían nuevamente en las hojas que revelaron ésta historia, mientras la lencería agrietaba el deseo y enfriaba la pasión de Afrodíta.

Atenea no respiraba, parecía incluso que había dejado de existir, pero se encontrada sumida en un profundo sueño, reprimida por todo este dilema.

La intimidad que conseguía no era satisfactoria, él parecía hacerlo por compromiso, con presión, con molestia, eso era inaceptable y triste. La frustación de esa situación era inevitable y poco a poco Afrodita fue callando, aquietando su dolor y explotando solo para "Ella" sin saber por qué le ocurría ésto, sin saber cómo era posible que le pasara esto a una mujer tan brillante y deseada por otros... Era inexplicable

miércoles, 18 de marzo de 2009

Un dilema de identidad


Día día ella tenía que soportar a su mejor amiga y a su peor rival enfrentadas por las decisiones cotidianas. Lo mas duro de soportar era saber que no se podía defender ante la vida sin estas intrépitas pero necesarias compañeras.

A medida que pasaba el tiempo, ella sabía lo dificil que sería terminar con esta guerra. Afrodita no la dejaba en paz ni un segundo, se sentía poderosamente bella, única entre todas, odiaba que existiera una mujer más bella que ella, incluso odiaba cualquier hombre que no se fijara en su belleza! Y ahora ella la había obligado a vivir con Eros, cosa que la indignaba al tener que soportar cualquier actitud que calificara como menosprecio de su belleza. Era superficial, fría y calculadora, llena de egoísmo y frustaciones reprimidas. Ni siquiera ella podría juzgar su comportamiento sin salir lastimada. La sensibilidad de Afrodita era innegable, una mujer brillante que lastimosamente se opacaba con su propio ego. Hoy mismo ella la vió discutiendo con Eros, urgando en su pasado, criticando otras mujeres, odiando todo lo que no correspondiese a su belleza. Lo que Afrodita no entendía o no quería aceptar era que el sufrimiento que la embargaba cada vez que pensaba en el pasado de Eros, radicaba en que ella misma juzgaba su propio pasado y se lo atribuía a él sin ninguna razón, probablemente para recriminarse indirectamente los errores que cometió. Afrodita nunca pudo amar a Eros, aunque intentó convencer al mundo por todos los medios, en su corazon sabía que no podía amar a nadie con tanto resentimiento y temor en su alma.

Cuando Afrodita se rendía en un profundo sueño, llegaba Atenea con su poder majestuosidad y sabiduría, llena de riqueza interior, bondad, paciencia, seguridad y amor, pero Eros no podía valorar esto de ninguna forma; no comprendía el cambio de actitud y siempre estaba a la expectativa, por lo cual Afrodita despertaba constantemente, mientras ella solo observaba detenidamente todo, como cual águila acecha su presa. Atenea siempre tenía un semblante admirable pero no podía resistirse ante el fuerte ego de Afrodita que la confrontaba más veces de lo que podía soportar.

Solo quedaba ella, la única, la verdadera, la impetuosa y callada, ella... Que esperaba intervenir algun día cuando Afrodita y Atenea silenciaran sus voces y entendieran que para alcanzar la paz humana debían aprender una de la otra para lograr el equilibrio perfecto, cosa que aun estaba muy lejos de suceder.


AFRODITA-MENTE
ATENEA-CORAZÓN
ELLA-EQUILIBRIO PERFECTO

martes, 3 de febrero de 2009

TreS MuJereS en UnA



Era una noche de lluvia fría, y mientras ella contemplaba su cuerpo desnudo, el sonido de una puerta a lo lejos se abría y cerraba constantemente. No podía dejar de sentir su dolor. Había un nudo en su garganta y no podía dejar de pensar en su pena, sus pensamientos no la dejaban en paz, mientras él dormía... Aquellos grillos nocturnos eran los únicos que lograban entretenerla y eso la inspiraba a escribir más. Solo deseaba desahogarse con alguien, siendo lápiz y papel sus únicos confidentes. Era un gran ser humano, el problema radicaba en que no estaba sola, día a día la acompañaba su peor enemiga y su mejor rival. Era dificil sobrevivir con ellas sobre todo cuando se dió cuenta que convivir con él no era lo que había soñado. Y lo peor de todos es que ELLAS eran parte de sí misma. No podría deshacerse tan facilmente de su existencia.