sábado, 14 de marzo de 2015

El Misterio de Vivir sin Sorprendernos...

Cada vez que miro las estrellas pienso que hay algo más allá. Y sí, científicamente se ha comprobado que hay muchas galaxias y con ellas la posibilidad de vida en otros planetas; solo que el humano científico no ha podido descubrir y comprobar esa vida, entonces sin pruebas, parte de la población humana no cree. Los que me conocen personal y virtualmente saben que yo sí creo... Creo en tanto que puedo tildar de loca soñadora o loca desubicada (dependiendo de lo que quieras pensar de mí, lo cual es totalmente válido). Desde pequeña fui así, buscando una respuesta más allá de la común. Ya sabemos que las religiones buscan explicarnos todo aquello que no se ha comprobado científicamente. La filosofía también, siendo un poco menos ortodoxa, al igual que la psicología. Pero todas son parte de una forma de explicar ¿por qué? ¿por qué estamos aquí? ¿por qué todo es así? 


Es que la vida es tan maravillosa que los humanos tuvimos que crear teorías para entenderla, la vida que habita en ti, en mí y en todos. Cuando analizamos la vida de los animales, nos damos cuenta de lo equilibrida que es la naturaleza, con sus ciclos. Los únicos que a veces parecemos desentonar somos los humanos, que aunque tenemos el regalo de la consciencia del Yo individualizado, no siempre lo hemos usado para las mejores creaciones. De hecho muchos lo hemos usado estando medio dormidos. Sí... creemos esto y aquello, nos involucramos en cosas aquí y allá, vivimos, pero a medias, como rasguñando la verdadera utilidad de la consciencia. Muchos hemos sido creativos pero también destructivos, obsenos, mediocres y malagradecidos (con tanto potencial postivo para derrochar libremente). Muchas veces nos despertamos en la mañana con desgano de ir a trabajar o a estudiar. La vida se nos hizo algo común, algo cotidiano, perdió misterio; en contadas ocasiones redescubrimos su magia, para luego volver a la queja... solo porque vemos pasar la vida todos los días ante nuestros ojos sin sacar el mejor provecho de ella. Cuando en realidad es un regalo maravilloso que tenemos instante a instante, sin embargo nos la pasamos pensando en el pasado y esperando un determinado futuro. Queremos planificarlo todo, no nos dejamos sorprender, somos calculadores, mentirosos, egoístas y manipuladores. Nos hacemos la victima y forjamos un camino que nos victimice más para buscar ayuda, demandar atención y sentirnos especiales. Todos hemos fallado, haciendo todas o algunas de estas cosas.


Somos seres humanos decimos, es nuestra naturaleza. Y yo me pregunto ¿Lo es? Sí, los animales salvajes podrían decir eso; están diseñados de cierta manera para actuar siguiendo un determinado patrón según su especie. Pero ¿y nosotros? ¿realmente no podemos controlar nuestro humor, nuestros deseos y pensamientos?

Muchos monjes (especialmente buddistas, entre otros) han podido realizarlo, pero han tenido que sacrificar los deseos mundanos de su vida en honor a algo superior que nadie ve pero que existe según testimonios de quienes lo han logrado. Sin embargo la humanidad se organizó como sociedad y decidió tomar otro camino. Nacimos y crecimos en una sociedad donde no a todos nos recordaron mirar al cielo y agradecer la vida que palpita en nuestro corazón y que nos permite disfrutar el vivir, el sentir. En cambio vivimos preocupados, angustiados desde niños; y aunque nuestros padres no lo hicieron intencionalmente, crecimos bajo esa influencia de temor y falta de amor. Las mascotas nos recuerdan que vivir el presente sin preocuparnos en el futuro es parte de la solución; que divertirse haciendo lo que te gusta es importante... Sin embargo ellos no tienen la consciencia del Yo tan desarrollada, y es nuestra tarea usar esta herramienta que se nos fue dada para algo mayor. Por supuesto que como humanidad hemos sido creativos y mejorado nuestro exterior de manera significante. Sin embargo, usamos el dinero para adquirir estos 'bienes' y seguimos sintiendonos vacíos de alguna manera. Buscamos llenarnos con productos, comida, dinero, sexo o la compañía de otros; pero el vacío no desaparece y seguimos en la búsqueda de algo más. No estamos conforme y seguimos creando y amplificando un mundo exterior deslumbrante, manteniendo las apariencias y demás. Hay muchos niveles, nos clasificamos de acuerdo a nuestro nivel, social, económico, educativo, racial etc. Nos creemos más o menos, nos victimizamos o engrandecemos para hacernos creer que todo está bien que no me importa saber por qué el cosmos me puso aquí y ahora, que la vida es para vivirla y no filosofar...


Sí, a muchos nos pasa o ha pasado... es solo que llega un punto en que el vacío no se llena con nada, y parece crecer en la medida que lo alimentas con cosas externas. Llega un punto en que enfermas y mueres. Lo que para muchos significa el fin, porque no creen que la energía que nos mueve está viva incluso fuera del cuerpo. No soy quién para decir que sí está viva. Eso es algo que cada quien debe descubrir por sí mismo. Solo quiero hacer una reflexión para ti, para mí y para todos. Una vez más, sin poder comprobar nada de lo que digo, pero con la certeza de que si no hemos podido ser completamente felices del modo que llevamos viviendo, entonces hay algo que debe empezar a cambiar; aunque implique sacrificar nuestros deseos humanos y empezar a integrar el YO individualizado con la consciencia colectiva. Es hora de saltar al vacío para saciarlo internamente.

Que los escritos de los sabios nos guien y su energía nos acompañe en el proceso.

Amén.
Namaste

Buscando vivir el arte de Hoponopono te digo: Me rindo.. lo siento, te amo, perdóname.


No hay comentarios:

Publicar un comentario