No sabía que mi sombra era tan grande como mi luz, o tal vez si lo intuia pero no me atrevía a reconocerlo. Adam y Eva comieron del fruto prohibido, y sintieron verguenza ante Dios. El fruto del que comieron no era una manzana, era sus propios deseos egoícos, y eso averguenza a cualquiera. Sentirse descubierto, con la sombra a plena vista, eso es lo que para mí significa esa escritura bíblica, y es lo que nos pasa a muchos en esta experiencia humana. Exponer nuestras fallas no es fácil pero a veces necesario para enderezar el camino. La luz puede más que la sombra, porque lo ilumina y lo expande todo. Se recobra el sentido de esta experiencia de vida humana para dar pie a siguiente niveles de consciencia. Todos estamos en este proceso evolutivo y hay esperanza para iluminar las sombras que aún nos quedan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario